Sentirse Eurpeos
SENTIRSE EUROPEOS
De Giovanni Marzocchi – La Roca del Vallès
Después de haber vivido durante 30 años en un pequeño pueblo italiano, decidí, en el año 1988 dejarlo todo y irme a vivir en España.
Fue una elección dictada por una libre elección personal, no obligada, como fue el caso de tantas personas que durante siglos tuvieron que abandonar su propio país a la búsqueda de una vida mejor.
Probé un conjunto de sentimientos: alegría, miedo, esperanza…a veces probé la sensación de irme al exilio.
Que encontraría más allá de esta frontera? Me habrían aceptado por lo que era? Podría comenzar fácilmente una nueva vida?
Fue difícil comenzar esta nueva etapa de mi existencia, mas que nada por el miedo de dejar atrás tantas cosas, tanto “VIVIDO”.
Tengo que decir, pero, que de seguida me sentí parte integrante de esta nueva vida, quizás porqué, desde el principio, busqué con todas mis fuerzas la plena integración.
Abrazar aquella nueva cultura, las maneras diversas de vivir, fue para mi la única manera para sentirme parte integrante de aquella nueva sociedad, que aunque fuera diversa, estaba formada por individuos como yo, que dia tras dia buscan una total integración.
Hoy pienso que el hecho de haber nacido en otro país, de parlar otro idioma, de tener costumbres distintas, no nos hace mejores ni peores.
Simplemente somos seres humanos que buscan, de todas las maneras, ser felices.
Creo que por sentirnos verdaderamente parte integrante de esta “nueva Europa” es indispensable aceptar el hecho diferencial y verlo como un motivo de enriquecimiento cultural, indispensable para hacer de este nuevo experimento la base para una sociedad verdaderamente plural, donde todos podemos plasmar el nuestro futuro en plena libertad.
De Giovanni Marzocchi – La Roca del Vallès
Después de haber vivido durante 30 años en un pequeño pueblo italiano, decidí, en el año 1988 dejarlo todo y irme a vivir en España.
Fue una elección dictada por una libre elección personal, no obligada, como fue el caso de tantas personas que durante siglos tuvieron que abandonar su propio país a la búsqueda de una vida mejor.
Probé un conjunto de sentimientos: alegría, miedo, esperanza…a veces probé la sensación de irme al exilio.
Que encontraría más allá de esta frontera? Me habrían aceptado por lo que era? Podría comenzar fácilmente una nueva vida?
Fue difícil comenzar esta nueva etapa de mi existencia, mas que nada por el miedo de dejar atrás tantas cosas, tanto “VIVIDO”.
Tengo que decir, pero, que de seguida me sentí parte integrante de esta nueva vida, quizás porqué, desde el principio, busqué con todas mis fuerzas la plena integración.
Abrazar aquella nueva cultura, las maneras diversas de vivir, fue para mi la única manera para sentirme parte integrante de aquella nueva sociedad, que aunque fuera diversa, estaba formada por individuos como yo, que dia tras dia buscan una total integración.
Hoy pienso que el hecho de haber nacido en otro país, de parlar otro idioma, de tener costumbres distintas, no nos hace mejores ni peores.
Simplemente somos seres humanos que buscan, de todas las maneras, ser felices.
Creo que por sentirnos verdaderamente parte integrante de esta “nueva Europa” es indispensable aceptar el hecho diferencial y verlo como un motivo de enriquecimiento cultural, indispensable para hacer de este nuevo experimento la base para una sociedad verdaderamente plural, donde todos podemos plasmar el nuestro futuro en plena libertad.
renata caratelli - 30. Nov, 22:45